lunes, 19 de octubre de 2020

Sin título ni motivo

Volví al blanco saturado. Ése vacío asfixiante. La desesperación por hablar, vomitar. Destruir.
Todo se transformó y le temo a llegar al otro extremo. Porque es estúpidamente patetico. Es eso... Sólo un maldito revez. 

No soy el costal, esta vez soy la furia que lo quema. Él tenía razón en temerme después de todo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario