jueves, 19 de septiembre de 2019

La intuición

Tuve una visón.
Me ví volviendome tan dependiente de ti qué te asustaba.

Te ví alejarte cruelmente de mi. No por tu bien, sí no por el mío.

Me ví revolcarme del dolor por el piso cual adicto sin su dosis.

Te vi dudar. Ví enternecerse con tristeza tu corazón.

Me ví buscandote en cada rincón de mis recuerdos. Me ví llegar a la locura.

Te ví no ceder.

Te ví entendiendo mi inminente perdición.
Te ví darte por vencido en tu inutil intento de rescate.

No lograrías ayudarme, mucho menos salvarme. 
No en la manera en la que yo quería, en la que yo necesitaba. No así.


Me ví rota, adolorida y más enamorada que nunca. 

martes, 17 de septiembre de 2019

Algo bueno, algo nuevo.

Se acabó. Le gané o al menos eso se siente. La repentina desesperación aún aparece de vez en vez. Pero la conozco, conozco su fuente y conozco su fuerza. Pero también conozco ahora mi propia fuerza, mi control y mi capacidad. Avanzo. Sólo avanzo. Más sola que nunca. Alejé a todos los desconocidos a quienes un día les importé un poquito, un mucho o una nada. Ya no están. Ya no los siento, los harté y está bien. No me arrepiento, nunca me sentí yo misma con nadie. Lo siento, siento estar sola, lo odio. Pero más odiaba el sentirme vacía en vida y rodeada de gente.  

Aún no me encuentro, o no del todo. Me vislumbro a mi misma en ocasiones, con más luz los jueves por la mañana o más borrosa los martes después de las 7... Ya no me importa porque aunque no me veo, me siento. Sé qué estás ahí, sé que te ríes de mí, que me miras directamente pensando en lo estúpida que soy, sé que te vuelve loca oírme cantar, oigo tus halagos en susurros cada vez que miras mi reflejo, sé que tú cosa favorita en el mundo es hacerme sentir bien, sé que estás enamorada de mi. Sé que ahora me amas. Pero la cosa es esa, no? Siempre me has amado.