Minutos antes, minutos después. De éso dependía ver mi error, mi fracaso, mi traición. Sigo hiriéndome, culpandome y castigandome por un crimen que nunca cometí.
Voy tras cualquier drama, para cegar mi triste mediocre realidad.
Me rendí, es verdad y a todo eso quise escapar, más a mis pies pegadas las hojas secas del otoño van. No puedo escapar y pesan cada vez mas. Me hunde, lo puedo sentir, me inmoviliza, me lleva hasta el pánico, me quiere hacer conocer mis límites. Me empuja constantemente a buscarlos, a perseguirlos. Quiere que quiera estar ahí. Quiere que ame el verme sufrir.
Cedo. Lo dejo fluir, no tengo remedio. No he encontrado uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario